lunes, 17 de diciembre de 2007

Carta a un Amigo

Si quieres venir a mi casa mañana, debes saber unas cuantas cosas...

Primero que todo, debes tomar el camino escondido del páramo, el del olor insoportable y las ratas que hablan, ¡Sí!, exactamente ese, el de la luna eterna. Si llegas a un bosque sombrío es porque estas cerca, espera oir una campana, si tienes suerte un par de amigos pasaran por ahí, si no, la luna se te enrojecera y bueno..., tu sabes que significa eso.

Mis amigos te hablaran de temas incómodos, aún así, contéstales, no los hagas enojar, no sería prudente a esas horas de la noche, imagina que te dejaran tirado en medio de la selva carnívora, en medio del lúgubre bosque.

Ellos te dejaran en la parada del omnibus 77, es el único que vale la pena tomar, porque si tomas el 654660 o el 3 puede que te pierdas debido a sus trances interdimensionales, y eso sería incómodo.

Tu conoces mi casa, es esa que está junto al mercado al lado del barrio de los lobos, al lado del barrio de los ángeles está sobre y debajo de otras 2 casas, ten cuidado al tomar las escaleras.

PD: Si vas apurado, simplemente toma el metro y bajate en Grecia, yo te esperaré ahí.

lunes, 22 de octubre de 2007

La Historia de la Vida

Las maderas se mecen de un lado a otro como si quisieran ceder ante las aguas, todos corren de un aquí para allá, desde la proa hasta la popa, desde el mástil hasta el timón, y aunque estemos sumergidos entre los 2 mares, yo estoy calmo.

Las gotas chocan en mi traje, en mi gorra, y permanezco inamovible, solemne, tengo que ser un ejemplo, pues yo más que nadie sé que no hay salida y que hoy el mar nos dejará marcar en su eternidad la historia sagrada de los barcos.

Ya la nave cede, el agua moja nuestros tobillos, luego las pantorrillas, ya perdimos las esperanzas, pero la fe...nunca. Luego, una vez más, todos me siguen, todos se calman, se paran, y miran el cielo perturbado, el horizonte negro entre los rayos blancos, nuestros destinos escritos ya están sobre ese horizonte . Ya tranquilos, entregados y rendidos, todos comienzan a recordar, como no, y ahora son tres mares, y es el tercero el que nos hunde, el de la tristeza.

Es curioso, uno se prepara para este momento todos los días, entre las tormentas y las mareas, el hambre y la desesperación, pero cuando llega no sabes que hacer ni decir.

Y aunque muchas de nuestras vidas fueron pobres, miserables e injustas lo único que puedo pensar ahora, en este momento, es que lamento partir hoy, pues, de todas formas, amo la vida.

jueves, 11 de octubre de 2007

Gracias


Somos miles y nos escondemos en la oscuridad, esperando el momento preciso, el momento indicado, el más silencioso. Cuando llegue ese momento, tal vez deberías estar preocupado pues no querrás experimentar lo que se siente, no se si comprendes, lo que se siente ser tomado por sorpresa, atacar ahí en la yaga, implacablemente, con frenesí, en la fisura más profunda. Te dejaremos un mensaje claro, no dudarás en ningún momento quién fue, no podrás creerlo.

Será tarea hecha, tu sabes que a nosotros nos gusta verte sufrir, verte revolcar, aunque sólo sea una vez, mirar desde este lado, desde el lado perverso, amargado y malicioso, sin ningún tipo de remordimiento, sin titubear cómo tu lo hacías, cómo nos enseñaste, deberías de sentirte orgulloso.

No te odiamos, no lo creas, de hecho, te admiramos profundamente, te mirábamos siempre, y sentíamos el calor de tus palabras, lo rugoso de tu piel, la dureza del castigo, la catarsis postrera y el sentimiento avecinante, otro calor, más profundo, mucho más frío.

Y sólo esperábamos este momento, este momento...para darte las gracias...cómo tu nos enseñaste.