Con mis zapatos nuevos salté la reja junto a los de siempre, nos acercamos a las canchas de cemento con nuestra disposición habitual. Armamos equipos, algunos dijeron que disparejos, pero que más da, yo en ese tiempo hacía paredes con mis amigos y corríamos la banda para centrar durante toda la tarde. El que anotaba varias veces seguidas estaba "prendido", así que recibía mas pases y tenía más confianza. Recuerdo que en un mal movimiento golpeé el balón arrastrando el pie, mi zapato derecho ya estaba roto, pero ya anochecía y hubieramos jugado hasta el otro día, o durante toda la vida... si tan sólo nos hubieran dado con la luz, como los Viernes.
Espera futil
-
Por cerca de tres años te envié cartas,
Contándote mis sueños, mis ambiciones
Cuánto te extrañaba, también dije cuánto te quise.
Lo que añoraba en mis dí...
Hace 7 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario