
Soy el mismo de siempre
Perdido en los matorrales
Cercano en la montaña
El que saborea la ciudad y grita
El que con un té
Recobra la luz en los eclipses
Miró a su alrededor:la multitud lo había vencido. En un parpadeo, aquel ser brincó sobre la gente, se transformó en fuego y resplandeció como un rayo en el horizonte, mientras desaparecía para siempre de la memoria de los hombres.
1 comentario:
siempre es buenp autoreconocerse
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