
Sin dioses,
sin ídolos
el pequeño hombre de fuego
vive a la altura de todo.
Se va apagando,
va dando advertencias
y derribando mitos,
él no tiene
donde aferrarse.
Se cubre el cielo,
todos sacan su paraguas;
él
le reza
a una deidad en la que no cree.
Miró a su alrededor:la multitud lo había vencido. En un parpadeo, aquel ser brincó sobre la gente, se transformó en fuego y resplandeció como un rayo en el horizonte, mientras desaparecía para siempre de la memoria de los hombres.
1 comentario:
It’s an amazing blog.This was a very well-written and enjoyable post to read.Thanks for the info sharing with us.The way you have described all the things are superb.Keep it up.Keep blogging.
Publicar un comentario