martes, 29 de marzo de 2011

Escribir

Es a veces un placer terrible, el ver como tu carácter se hace lentamente escurridizo, bajando a través de los músculos de los brazos, adquiriendo un movimiento firme y propio, para finalmente estamparse como un signo, en la linea de un pliego de papel. Los que escriben realmente, entenderán. ¡Cuántas veces los calambres, por temblar en el momento, en que en las palabras que uno escribe se teje un mensaje oculto e incierto! Cuánto tedio al mirar hacia atrás, y constatar que los sentimientos que nos manejaban, y que nos llevaban a los tinteros, hace mucho que nos abandonaron. ¡Y ahora la mano contraria lleva el lápiz! ¿Qué degeneración será aquella que me lleva a escribir? Si nadie me hirió tanto, si nunca nada me faltó, si a nadie amé tanto. Quizás fue, porque Dios nunca me ayudó, porque ante los ojos de mis padres fui un santo, porque siempre llegué último a los carnavales, porque nunca tuve decisión.

Por escribir me quedé ciego y sordo, me tendí en los manantiales de las ironías y las mentiras, me engolosiné con la fantasía abrazada, en vez de tender mi cuerpo a la tierra plana y firme, confié en el mar que es frío y tempestuoso, confié en el mar para llegar al cielo.

Y al escribir, todo parece de pronto ya dicho. ¡Cuántas veces fui presa del miedo ese! Cuando uno se acostumbra, en todas partes, aún sin pincel y hoja, en la mente misma uno se va a escribiendo, y escribiéndose así, hace una vida escrita, y escribiéndose así, hace una vida un poco más maldita.

Nunca nadie me dijo que no escribiera tanto, que así sólo me alejaría de los corazones, que así sólo se llena uno del moho que cubre a los viejos barcos, del musgo que cubre a los árboles en las selvas borrascosas. Cuántas veces traté de dejar de escribir, sintiendo el filo del cuchillo en la garganta, cuántas veces creí verme morir en aquellas palabras, cuántas veces por escribir me sentí hecho ¡Sin realmente haber hecho nada! Cuántas azucenas, escaleras, ríos, soles, lunas, viajeros, mujeres, mares, vientos, lluvias, muertes, miedos y tiempos azotaron mis letras, sólo siendo metáforas de algunas rencillas que lo más seguro, es que ya se me olvidaron. Y así, ¡Cuántos sentimientos que por salud debieron ser olvidados se quedaron escritos por culpa de un ego testarudo! Cuántos desvelos me perdieron en las letras, cuantas noches, soñé que te escribía.

De estas letras soy mucho más que un esclavo, esclavo en la misma manera en la que lo es un hombre de sus pensamientos. Quizás es la vida estas letras, como hablando con Lihn, claro que, sin quererle robar nada. Y escribir no es prueba de intensidad vital, no es prueba de una fuerza intelectual, escribir es y siempre será una forma de pedir ayuda a gritos. Gritos muy especiales son esos, sólo algunos pueden escucharlos y aún así son capaces de entender lo que ellos quieran.

Sin escribir, sigo escribiendo, como si fuera un juego de palabras. Caminando, escribiendo a las personas, voy pensando, si quizás esto de ahora es porque vivo muy poco y escribo mucho.

3 comentarios:

Lucile dijo...

Subí una entrada a ese blog que hace de diario virtual, luego lei esto, y luego me sentí un poco estúpida, un poco escrita en tus palabras. Finalmente sólo creo ratificar lo cercano que te siento todo el tiempo.

Muy bueno Godoy.

clothing dijo...

Spanish verbs fall into different groups, and each group is conjugated a little differently. If you're going to master Spanish verbs like ...

Anónimo dijo...

Espejito, espejito, muchas gracias.