jueves, 5 de marzo de 2009

Tiempo después

Ni siquiera la somnolencia, ni la ocupada tarde apacigua mis ansias de ilusionar la lluvia que atormenta mi pésimo amor.

No soy audaz respecto a aquello, mis silbidos pretenden algo, mi carrera ya no es nunca más contra el tiempo, horizonte de miel, una quebrada en tus nobles bosques y desaparezco.

Tu bailas, entelequia del amor profundo, noble como el país de sus brazos, bendecida con su crueldad única de los dioses y los santos.

Fineza...te capturaré con el viento, la fiebre es única en el altar, con marcas en mis manos alcanzaré tu espesura, no me digas, que ya no es como antes.

¿Escuchas esa música? Es tuya, a mi me durme, me hace feliz....su recuerdo, es mi forma de encontrarte

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