
dos, son un grito de ayuda
el humo decanta en mis venas
mi cuerpo se expande
mi espíritu canta
los acorazados de la memoria se levantan
con el hábito de pisar el filtro
mirando el sol o a las estrellas
Miró a su alrededor:la multitud lo había vencido. En un parpadeo, aquel ser brincó sobre la gente, se transformó en fuego y resplandeció como un rayo en el horizonte, mientras desaparecía para siempre de la memoria de los hombres.